Un año sabáticoUn frescoSobre el derecho a la perezaEl Evangelio del trabajoDiosesEl Evangelio de la perezaJesús, ¿un perezoso?La sabiduría de los pájarosSobre el Reino de Dios, que viene completamente solo¿La creación del mundo? ¡Uf!, una sinecura El relato ¡Qué bueno es...! La creación del ser humano PararEl Éxodo o la liberación del trabajoSobre la ociosidad: condición para filosofarCrear, hablar¿Hacer o no hacer?Sobre el esparcimientoCuando Jesús se echó una siestaTeología del asnoSobre la caídaUna charla de nocheLa hora undécimaEl tercer criadoLas dos hermanas¿Dormir o velar?La tempestad¿Se puede dar testimonio mientras se duerme?¿Por qué haber escrito este libroBibliografía
La pereza escogida como arte de vivir, la pereza como filosofía. Esta es la pereza a la que habría que aspirar. Es a esta pereza a la que Cristo nos invita, en la línea de lo que los grandes profetas y los grandes autores del Antiguo Testamento habían ya descubierto o, al menos, presentido. Con Cristo, a la vez hombre y Dios, la pereza se hace ella misma divina. Este libro no está consagrado a la demostración de una tesis. O muy poco. Un libro así habría sido demasiado fatigoso de escribir y sumamente aburrido de leer. Se trata simplemente de evocar la «santa pereza», esa que se enseña en la Biblia y que fue practicada con mucho arte por Cristo.