Seguro que a ti también te ha pasado... Después de estar toda la tarde encerrado en la cocina, removiendo, rustiendo, pelando y rectificando de sal y pimienta, te encuentras con que en la cazuela tienes una cosa reseca como una suela de zapato, o tan espesa que apenas consigues despegarla del cazo. Entonces miras ese mondongo que esperabas que fuera la cena y miras la foto de la receta... y no puedes evitar preguntarte qué genio del photoshop debe de haber retocado las fotografías para que se parezcan al resultado real como un huevo a una castaña. Y ahí estás tu: cansado, más escaldado que los tomates, con la autoestima culinaria por el suelo y unos invitados que ya deben de estar a punto de llegar. Por eso Mireia Carbó ha escrito La cocina salvavidas, con recetas que salen, con ingredientes que encontrarás en el mercado o en el súper de la esquina, y con unas explicaciones tan claras que no dejan lugar a dudas. Porque no hemos venido a esta mundo a sufrir... ¡y menos por un besugo!
