El 28 de julio de 1841 el hallazgo en el río Hudson del cuerpo sin vida, con visibles señales de violencia, de Mary Rogers, una joven conocida en todo Nueva York como ½la bella cigarrera+, dio inicio a uno de los más famosos ½crímenes del siglo+. Policías, jueces, forenses y comités de ciudadanos se esforzarían inútilmente por resolverlo, mientras la prensa y la opinión pública exigían sangre y orden. Edgar Allan Poe, que seguía el caso con interés y necesitaba desesperadamente un éxito para relanzar su carrera, tuvo la idea de reconstruirlo en El misterio de Marie Roget (incluido en un apéndice a esta edición), un relato paralelo ambientado en París y protagonizado por el detective Auguste C. Dupin. Tenía asimismo la ambición de resolver el misterio y señalar al culpable, pero la realidad, con inesperadas revelaciones, se le adelantó.