A lo largo de estas páginas se ha buscado pensar bien sobre la muerte y el morir y así afrontar mejor la vida y el vivir. De esta convicción surge la siguiente invitación: mientras llega la muerte, meditemos la vida; mientras vivimos, no olvidemos la muerte; el vivir y el morir son anverso y reverso de la misma realidad, que somos nosotros. Ahora nos toca decirnos a nosotros mismos una palabra que dé razón del sentido y significado que cada uno damos a esta realidad de la muerte. Nosotros ya hemos dado sobrada cuenta de ella a lo largo de estas páginas.