AA.VV
Pintar imágenes que no puedan diferenciarse de la realidad ha supuesto un desafío para artistas de todos los tiempos. La habilidad paraengañar al espectador haciendo pasar lo pintado por real a través delas leyes de la óptica y de la perspectiva es todo un juego cuyosprimeros ejemplos se conocieron a través de textos literarios griegos. Desde entonces, el trampantojo ha tenido en las artes una largapresencia, con periodos de notorio florecimiento, como el Renacimiento o el Barroco, para decaer tras el Romanticismo, pero sin llegar adesaparecer nunca del temario artístico. Hiperreal. El arte deltrampantojo propone una revisión del género a través de un conjunto de obras que ponen en evidencia los temas más representativos de lapintura de caballete. Esta publicación nos descubre todos losregistros del ilusionismo, desde el bodegón simple hasta los juegosmás complejos con el marco y la ventana, el nicho y la alacena, lacortina, el quodlibet, la grisalla. No menor es la diversidad delengaño: hay simulaciones de forma, de relieve y de textura,simulaciones del mármol y la madera gastada, de los papeles doblados y