El cuarto volumen de la Historia de la Iglesia católica comprende la época del absolutismo monárquico, conocido comúnmente como Antiguo Régimen. Comienza en el año 1648, con la Paz de Westfalia, a los cien años del inicio de la Contrarreforma, y concluye en 1814, después de la Revolución francesa. Durante este periodo desde el regalismo absolutista al despotismo ilustrado, se viven acontecimientos históricos de enorme relevancia, que obligan a la Iglesia a replantear su estructura e incluso su propia vida interna.