Marai apagó la luz una vez más en esa noche. Eran más de las tres de la madrugada y al día siguiente su despertador sonaría a las siete como cada mañana...
Lolo es un relato que impacta; lleno de frescura y nostalgia. Una narración sin concesiones ni extravagancias, plena de interés.
Sensaciones y sentimientos, paisaje real y paisaje psicológico, en los que el tiempo se acelera o retarda: el ciclo de las estaciones, el paso de las horas, la realidad actual, la del diario reencontrado y el ordenador. Mundos íntimos y creíbles logrados con un lenguaje depurado y preciso.
En definitiva, la evocación de los días de esplendor en los que Marai descubrió el pequeño mundo de Lolo.
Un ejercicio exquisito de rescate de la memoria que cautiva desde las primeras líneas.
Roberto Escudero
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