Dice Gonzalo Sobejano que el cuento es "la narración de un suceso notable" y la novela narra "la vasta red de sucesos y, sobre todo, la experiencia del sucederse de las acciones y las pasiones en el ámbito de todo un mundo; y no requiere la novela [...] que lo narrado sea ænotable', puede limitarse a representar lo más común y corriente de la humana existencia siempre que lo haga æcon arte'". Con estos o parecidos criterios ½Pipá+ y ½La Regenta+ serían dos modélicos ejemplos de lo que diferencia el cuento de la novela. Estableció Clarín otra diferencia: la del enorme esfuerzo que suponía escribir una novela, sin que para él tuviera compensación económica acorde. Pero ello era una exigencia ½sine qua non+ para dar el salto de la narración de "un suceso" -el cuento- a una "vasta red de sucesos" -la novela-, una exigencia que él no estuvo siempre dispuesto a dar. Lo dio en sus dos novelas termi¡nadas, ½La Regenta+ y ½Su único hijo+, pero no quiso o no pudo darlo, lo que le creó una permanente tensión interna -+mala conciencia de que sacrificaba su obra de novelista por unas pesetas?-, dejando sin terminar las novelas que había empezado y se quedaron inacabas y no empezando a escribir las que tenía pensado, según repitió una y otra vez en cartas a sus amigos escritores y a sus editores.