El absurdo más hilarante, la sátira deforme y la auténtica impostura del resentimiento son los mejores alicientes para contrarrestar un dolor genuino. Y los narradores de estos tres relatos, que acaso sean el mismo, lo saben. Por eso provocan y concitan en torno suyo la mofa y el sarcasmo para reírse de sus propias miserias. Miserias que tal vez sean las nuestras.
El ambicioso joven de provincias quiere, a fuerza de fracasos, conquistar la metrópoli. Pero los sueños de este Rastignac trucado devienen pesadillas. Y, sin embargo, sus pesadillas alcanzan tal grado de felicidad formal que sorprende. El rencor de los bufones es un debut tan insólito como saludable. Pablo Manzano se inscribe sin concesiones en una línea de la tradición narrativa argentina tan heterodoxa y arriesgada que para ilustrarla se precisa mentar a un polaco: Witold Gombrowitz.
Pablo Manzano (San Luis, Argentina, 1972). Desde muy joven empieza desarrollando ideas para programas de radio y televisión, en los que además oficia de presentador. A los veinte años y luego de leer La conjura de los necios lleva a cabo sus primeros intentos narrativos. Se traslada a Buenos Aires, donde cursa la carrera de Ciencias de la Comunicación, colabora en revistas culturales y forma dos grupos de música asumiendo la función de compositor y cantante: Sacanai Band y Por Tutatis. Al mismo tiempo integra la agrupación Benito Bolero, de inspiración dadaísta, que se dedica a provocar por la vía del absurdo a los estudiantes radicales que militan en la universidad. Tras realizar algunos viajes por Latinoamérica, presenta su tesis universitaria sobre el fenómeno de la toxicomanía y obtiene la licenciatura. Una vez instalado en Barcelona dirige dos cortometrajes ambientados en el barrio del Raval: Pipipipi y Tutututu. En paralelo a sus escarceos con el periodismo, la música y el cine, no deja nunca de escribir literatura de ficción. Actualmente trabaja en un proyecto de libro infantil y en la novela El puente de la jirafa.
