La Trinidad es una de las visiones más profundas y más universales que el Hombre puede tener de sí mismo y de Dios, de la creación y del Creador. No es sólo uno de los temas más importantes, sino también uno de los problemas más urgentes para el hombre religioso. Representa un planteamiento básico, en la misma raíz de nuestra situación humana, directamente relacionado con cuestiones como la de una sociedad más justa y una personalidad humana más integrada. La doctrina de la Trinidad no es una mera especulación sobre las profundidades de Dios; es igualmente un análisas sobre las alturas del Hombre. La realidad en su totalidad es una Trinidad completa que consta de una dimensión divina, otra humana y otra cósmica.