Ningún otro escrito del Nuevo Testamento ha recibido interpretaciones tan diversas y ha sido tan tergiversado, ninguno ha dado origen a tantas especulaciones y pronósticos sobre el futuro de la historia y sobre el fin del mundo. Pero el Apocalipsis puede comprenderse sólo de manera simbólica, no de manera literal. Tampoco describe una sucesión cronológica de acontecimientos. Cuanto se ve en el Apocalipsis es "revelación de Jesucristo", se hace accesible sólo por medio y a través de Jesucristo. La última palabra es de Dios quiere ofrecernos las distintas interpretaciones que el libro del Apocalipsis ha recibido a lo largo de la historia, acercarnos a su simbolismo, a las grandes figuras que en él aparecen y a los acontecimientos descritos. Lo que aquí se dice no pretende satisfacer nuestra curiosidad sobre el futuro, sino orientarnos y fortalecernos para tomar las decisiones justas y para vivir de manera adecuada en el presente.
