LA COSA se quedaba en Madrid o Barça, por ese orden, y uno se hacÃa del Barça muy de pequeño como se elige la melancolÃa frente a la euforia y los tonos otoñales sombrÃos frente a la brillantez deslumbradora de las luces de una sala de espera o de un centro comercial. Siempre me ha parecido que mis colegas madridistas llevaban un Napoleón dentro, y puede que hasta una Josefina, con esa obsesión por teñir de blanco Europa y el mundo