La entrada en vigor de la Ley 22/2003, de 9 de julio, Concursal, provocó un cambio radical en la tramitación de los procedimientos concursales en España, unificando las antiguas suspensiones de pagos y quiebras en un solo procedimiento y, a la vez, modificó la Ley Orgánica del Poder Judicial con la creación de los Juzgados Mercantiles, especializados en la tramitación de los procedimientos concursales. La mayor novedad introducida por la Ley Concursal, la ha consitituido sin duda alguna el establecimiento de un nuevo proceso concursal sin conexión con la antigua legislación, caracterizado por la unidad y flexibilidad y estableciendo un régimen de recursos ágil y novedoso tendente a evitar dilaciones innecesarias, todo ello bajo el control del juez que se convierte en el auténtico protagonista del procedimiento. En esta monografía se hace una exposición ordenada del nuevo proceso intentando dar solución a los problemas que, desde su aplicación, ha venido