Esta monografía intenta dar cuenta de forma sintética de las distintas etapas recorridas por el teólogo Bernard Lonergan, desde los comienzos de su enseñanza universitaria en Roma, cuando parece comportarse de un modo férreamente neoescolástico -llegando a identificar sin más el método teológico con el método de santo Tomás-, hasta la arquitectónica e innovadora propuesta metodológica que irá elaborando a lo largo de los años. En definitiva, se trata de un itinerario que se va articulando gradualmente para marcar el paso desde un método medieval, entendido en clave arqueológica, hasta un modelo o paradigma nuevo, puesto al servicio de una praxis que se toma muy en serio las transformaciones socioculturales.