URBINA DE LA QUINTANA, FERNANDO
Prólogo. Actualidad de una obra maestra, de José María Avendaño Perea
Introducción general
Primera parte
Punto de partida: una dinámica de liberación (interpretación de la Subida al monte Carmelo)
1. La fuente de energía que desencadena el movimiento del espíritu
2. Los principios en que funda san Juan de la Cruz su pedagogía espiritual: la trascendencia de Dios, el camino de la fe, la pobreza evangélica
Estructura metódica de la composición literaria y su dinamismo de fondo
Principio teológico
1. La trascendencia de Dios
a) Una ontología de la trascendencia de Dios
b) Una teología bíblica de la trascendencia de Dios
c) Teología bíblica y tradición mística
2. El camino y mediación para llegar a la trascendencia divina: la fe
a) La mediación de la fe
b) Fe y contemplación
3. La forma fundamental del camino hacia Dios: el Evangelio y su dimensión de pobreza
3. El desarrollo de la dinámica de liberación del espíritu
Primer nivel: liberación (purificación) del «sentido» y del «apetito»
Segundo nivel: la liberación de las ataduras del «espíritu» (libro I y II de la Subida)
Análisis de los textos
Recapitulación: el tratado de la voluntad
Segunda parte
La luz de la contemplación (interpretación del libro de la Noche)
1. Introducción
2. Introducción (formal y semántica) a la lectura de los textos
Libro I: «Noche del sentido»
Libro II: «Noche del espíritu»
3. Una reflexión sobre los temas principales de la Noche oscura
1. El tema de la «noche»
a) El símbolo de la «noche» (su significación en la obra de SJC)
b) La «noche del sentido»
c) La «noche del espíritu»
2. El tema de la contemplación
a) La experiencia de la contemplación en los textos de la Noche (especialmente N II, pero también N I)
b) Interpretación teológica de la experiencia contemplativa sanjuanista
c) Valor actual de la «contemplación» en los textos de la Noche
Bibliografía
Aunque han transcurrido treinta años desde su primera edición -agotada desde hace tiempo-, este trabajo de Fernando Urbina está impregnado de actualidad y coherencia, una buena ayuda para que «nada» esclavice nuestro discipulado de Jesucristo muerto y resucitado en el corazón de la Iglesia. Solo si nos dejamos aferrar por Dios, que se ha hecho cercano en Jesucristo, seremos capaces de responder al desafío y la oportunidad de la nueva evangelización. «La contemplación -dice Fernando Urbina- es una actitud general que debe impregnar toda nuestra vida: una actitud de desprendimiento y de libertad de apertura a los demás y a los signos de la realidad, de disponibilidad, de paz, de gozo, de coraje y de fe que supera la crispación del sujeto encerrado en sí mismo y fijo en la idea de que la acción depende exclusivamente de su esfuerzo».
En la noche oscura de la subida al monte Carmelo podemos poner rostro a todos los hombres y mujeres de nuestro mundo que caminan por diferentes desiertos de la vida, pobreza, falta de trabajo, hambre, desamor, soledad, inclemencia, desesperanza, injusticia, migración, ausencia de Dios... y necesitan que los cristianos seamos oasis para ellos, que les llevemos al encuentro con el Señor, al Agua viva.