ESE AMOR A-423

ESE AMOR A-423

ANDREA, Y.

13,00 €
IVA incluido
No disponible
Editorial:
TUSQUETS EDICIONES
Año de edición:
2000
ISBN:
978-84-8310-151-3
Páginas:
192
Encuadernación:
Otros
Colección:
ANDANZAS
13,00 €
IVA incluido
No disponible

«Es imposible vivir conmigo, con un escritor, es imposible, lo sé», solía decirle Marguerite Duras a Yann Andréa, su último amante. Y sin embargo la célebre escritora y ese joven desconocido vivieron juntos la historia de amor más compleja, poética y «durasiana» que jamás se haya contado. De este relato en torno a ese amor que duró dieciséis años surge la verdadera Marguerite Duras: una mujer tiránica y absorbente, genial, inteligente hasta lo insoportable, pero también desprotegida y, por encima de todo, entregada en cuerpo y alma a su obra.   Yann Lemée, un tímido estudiante de filosofía, quedó prendado de la escritora Marguerite Duras cuando cayó en sus manos una de sus novelas. Desde ese momento sólo leyó obras de esta autora. Poco después, en 1975, le pidió permiso para escribirle. Y durante cinco años le envió cartas sin recibir respuesta, hasta que un día ella le dijo: «Venga a verme». Corría el año 1980. Él tenía 27 años y ella 65. Ya no se separaron hasta la muerte de ella, en 1996. Ella le dio el nombre de Yann Andréa, se inspiró en él y lo convirtió en personaje de sus novelas; ella dictaba y él tecleaba en la máquina de escribir; él fue su chófer, su enfermero y su amante. Ella evitaba presentarlo en público, tenía celos de la madre y las hermanas de Yann? Él nunca la abandonó.   Ese amor es una bellísima carta que Andréa dirige a Duras para explicarle al lector, y también a sí mismo, en qué consistió esa desgarrada y turbulenta pasión: los largos paseos a orillas del Sena y de El Havre, el trabajo agotador -en esos años Duras escribió sus mejores obras, entre ellas El amante (Andanzas 15 y Fábula 14) y El amante de la China del Norte (Andanzas 153 y Fábula 96)-, los celos, las risas y las crisis etílicas, las peleas, la convivencia imposible y asfixiante de la que ninguno de los dos podía ni quería escapar.