Publicada en 1774, revisada en 1787, Las penas del joven Werther es quizá una de las obras más influyentes de la literatura universal. El ½efecto Werther+ no sólo creó tendencias literarias y modas en el vestir, sino también una peculiar oleada de suicidios. Fue libro de cabecera de Napoleón... y también del monstruo de Frankenstein. Todos -clásicos y románticos- quisieron apropiarse de él: fue icono del sentimentalismo y héroe de la exaltación revolucionaria; también fue, como dijo Thomas Mann, ½el horror y el espanto de los moralistas+. Al final de su vida, Goethe lamentaba que la mayoría de los jóvenes que peregrinaban a Weimar para visitarlo sólo conocieran esa obra suya. Hoy leer -en una nueva traducción de Isabel Hernández- las desventuras de este joven artista burgués que, a raíz de un amor prohibido, descubre su insospechada comunidad con los locos, los humildes, los desdichados y hasta los asesinos no anula ni el distanciamiento ni la identificación. Werther sigue preguntándonos si pactar es una necesidad o una rendición. Sigue apuntando a nuestro yo, y lo que significa conservarlo. Sigue hablando de nosotros mismos. Este volumen incluye las clásicas ilustraciones de Daniel Nikolaus Chodowiecki para las primeras ediciones del libro.