Hace mucho tiempo que quería escribir este libro que, si bien no encierra en sí mismo conocimientos espectaculares, sí, en cambio, está escrito con todo el cariño y el deseo de recoger en unos papeles, más o menos ordenados, la experiencia que, a lo largo de mi ejercicio profesional, he ido acumulando para que pueda servir, si en algo vale, a las nuevas generaciones. En primer lugar, quisiera dedicar este libro a mi familia, a mi mujer y a mis hijos, los que todavía están conmigo y los que, por una trampa a la ley de vida no lo están, de los cuales uno es también ingeniero de Caminos y otro de ellos, María Aurora, también ingeniero de Caminos, nos abandonó cuando estaba en la plenitud de su vida. A todos ellos, porque adquirir la experiencia de la que hablaré, ha tenido a lo largo de mi vida un precio alto: el no mucho tiempo que he tenido disponible para estar con ellos, si bien quien más se ha resentido de ello ha sido, sin duda alguna, mi mujer. Para todos ellos mi gratitud y cariño porque de todos recibí ánimos para seguir adelante y jamás tuve un gesto o una mala cara por ello y, mucho me temo,
