El valor de esta obra es difícil de exagerar. Entre el relato autobiográfico, la crónica social, histórica y antropológica, en ella se encuentra un canto encendido a la civilización mediterránea y a la forma de vida de los ibicencos que conoció Paul en los años 30. El lirismo del relato se alterna con los tonos épicos y elegiacos, constituyendo un valioso y singular testimonio sobre la Guerra Civil.