Si en Fragmento, su primer libro, Marta Agudo se valía de un tú despersonalizador para metaforizar el vínculo con el lenguaje, las servidumbres del cuerpo y el dolor de la conciencia, en 28010 el yo se adueña del discurso desde la cita inaugural. Sumido en ½la mañana más blanca del mundo+, en el cero arrasador, el yo responde al desafío de una realidad que le exige actuar. Pero no podrá hacerlo sin unas coor denadas a las que asirse: una fonética (idioma o lengua), una sintaxis (las relaciones sociales), una geografía (un lugar en el que poder reconocerse) y una secuencia (el tiempo). La autora se adentra de este modo en un proceso de reescritura personal con el propósito de crear la ½ficción+ de sí misma, de concebir un sujeto en el que reconocerse.