ABDALLA, MAURICIO / AGUDELO, GUILLERMO
Corre el año 2009. Se celebra el bicentenario de Darwin con una gran pompa mediática, y, como ocurre a menudo, lo que llega al público es sólo una parte de la historia. Apenas nadie sabe siquiera de la existencia de otras aproximaciones científicas al fenómeno de la evolución, basadas en datos, observaciones, y descubrimientos acumulados a lo largo de dos siglos de investigación; gran parte de los cuales son incompatibles, o cuando menos poco consistentes, con la hipótesis de que la llamada "Selección Natural" es responsable de la generación de la diversidad de formas y funciones orgánicas que conocemos. Así, muy lejos de que este apasionante debate científico salga a la luz, la prensa y las pantallas se ven inundadas de un absurdo diálogo de besugos entre darwinistas y creacionistas, importado, como tantas cosas en la industria del entretenimiento, de los EEUU. Una vez más la confusión, el error fatal al que nos inducen los medios es el de confundir una pequeña muestra seleccionada de la realidad con el cuadro o perspectiva general. ¿Cuál es la trama que se esconde detrás de todo esto? ¿Por qué
