La historia de Hanna-Barbera es una sucesión de improbabilidades jubilosas, desde el encuentro entre Bill Hanna y Joe Barbera como empleados de MGM, donde crearon una de las series más perdurables de los dibujos animados, Tom y Jerry, hasta su decisión de crear un estudio destinado a suministrar dibujos animados a la naciente industria de la televisión. En el transcurso de las casi cinco décadas siguientes se sucedería una multitud de personajes entrañables que marcaron la infancia de generaciones, ya fuera el Oso Yogui, Scooby-Doo, Los Picapiedra, Don Gato y su pandilla, Los Supersónicos, Los Pitufos, Jonny Quest, los corredores de Los autos locos o Las Supernenas.