Para rentabilizar termodinámicamente la inversión realizada en una organización sociopolítica es necesario realizar saltos a niveles de mayor complejidad para evitar que el equilibrio energético se encuentre en una simplificación de las estructuras que conlleve la decadencia o incluso el colapso de una civilización. A los desafíos energéticos, medioambientales, monetarios o fiscales mundiales solo se puede dar una respuesta global que impida el mantenimiento del insostenible estilo de vida actual de los países desarrollados.