Con destellos de alta literatura las tramas con trasfondo de espionaje que se suceden en la novela son una máscara más para hablar del tema central del libro: el Mal, con mayúscula, y su carácter total, totalista y totalitario. El mal como "presencia real" e incómoda, en un mundo que no quiere reconocerlo para no romper su precario equilibrio.