Acabar con la propiedad privada, tal y como preconiza el Socialismo, es para Oscar Wilde la mejor garantía de alcanzar el Individualismo, que para él supone el estado ideal del hombre. Mientras argumenta esta tesis aprovecha para destilar una serie de paradojas ingeniosas: ½Sólo hay una clase que piense más en el dinero que los ricos, y eso son los pobres. Los pobres no pueden pensar en nada más+. ½El hambre, y no el pecado, es la progenitora del crimen moderno+. ½En los viejos tiempos los hombres tenían el garrote. Ahora tienen la prensa+. ½El público tiene una curiosidad insaciable por saberlo todo, excepto lo que merece la pena saberse+. ½Los resultados de los errores de los gobiernos son francamente admirables+. ½Los puntos de vista de la mayoría serán probablemente estúpidos+.