El tema del alma y de Dios en MarÃa Zambrano se va a tratar y desenvolver aquà en discusión viva, en dos sentidos, si son dos. Primero porque, para quienes hablamos largas horas de largos dÃas y noches con el maestro o la maestra, ya no hay ni puede haber pensamiento separado del mismo o de la misma hay y no puede menos qu e haber diálogo que prosigue en todas las formas de la intimidad vinculada, pues el maestro sigue pensando allá donde esté, pero sigue pensando en los escritos donde no pudo menos de poner, con lo atendido, lo periférico de la estela de su ruta. Segundo porque la distancia cronológica queda abolida por la memoria vital y es asà como la Zambrano incomoda y quiere incomodar tanto a Ortega como a Aristóteles, y protege y quiere proteger a Pitágoras, a Machado, a Plotino. Vivimos espiritualmente juntos, y el mundo sigue siendo esencialmente el mismo porque el hombre sigue siendo esencialmente el mismo. Asà que ésta será una meditación (investigadora) que se producirá desembarazada de prejuicios, principalmente, es decir, por principio, de los prejuicios acumulados del cientismo moderno que se