En los niños no ven féretros, ganador por unanimidad del Premio dePoesia Hiperión en su XXXVII, convocatoria, el autor, tras laspostrimetías de la adolescencia, vuelve la vista atrás para evocar,con cuidada y siempre bien resuelta variedad formal, esa primera vidade la infancia, las primeras experiencias amorosas, la amistad, losprimeros tanteos peéticos y el protector regazo familiar. Evocacionesy reflexiones que llenan de contenido unos poemas de línea clara ytono elegíaco, propios de una naciente conciencia de la caducidad.