En ese universo que bordea el ecuador del siglo XVIII comienza nuestra pequeña historia de ciencia, navegación y política, donde científicos, marinos y políticos, ven verdear la esperanza en un mundo si no idílico, al menos racional. Era la primavera de la esperanza. De esto tratan estos bosquejos, estos apuntes de historia referidos a ciudadanos del mundo que actuaron bajo la corona de una España pujante y viva pero que no pudo resistir el nacimiento de un tiempo nuevo que no se parece en nada al que los soñadores de las luces habían soñado.