El Príncipe Feliz es una hermosa estatua situada en lo más alto de la ciudad; desde allí contempla todos los días el ir y venir de los ciudadanos. Su vida es triste y aburrida hasta que, por fin, un buen día, una golondrina se posa sobre sus pies y se convierte en su mejor amiga. La Golondrina ayudará al Príncipe Feliz a llevar un poco de felicidad a los habitantes de la ciudad.
El Gigante Egoísta posee uno de los jardines más bonitos que existen, pero es tan egoísta que no puede soportar que los niños y niñas jueguen en su propiedad. Por eso cuelga un cartel y levanta un muro ¡para prohibirles el paso!