En "El amigo Manso" Galdós plantea alegóricamente la vieja querella entre retórica y filosofÃa, representada ésta por el protagonista y narrador, Máximo Manso, y aislada, o abstraÃda, en sus pretensiones de fundamento de la verdad y de la ciencia. Late en la novela la separación estéril de ambas materias y su necesaria confluencia, a la manera de Cicerón y Quintiliano: las referencias, desde el capÃtulo segundo, al garbanzo '-cicer, en latÃn- apuntan muy probablemente al apodo del prÃncipe de los oradores romanos, Marco Tulio Cicerón, no por casualidad. Su 'Orator', en el que se perfila el orador ideal que armoniza retórica y filosofÃa en el contexto de libertad republicana amenazada, serÃa la clave de la novela.El tema planteado por "El amigo Manso" enlaza, hacia atrás, con la tradición humanista del siglo de Oro, Cervantes en particular, deudora de la revitalización de la retórica desde el siglo XV; hacia adelante, con la obra de Ortega, si la interpretamos como un ensayo de integración más o menos consciente de retórica y filosofÃa que, desde la todavÃa cursi circunstancia española, trata de contrarrestar el racionalismo europeo imperante, sea el positivista, el idealista o el marxista.