Durante la noche, había soñado que un hechicero indio me transmitía poderes mágicos: podía volar alrededor de las cimas de los volcanes Popocatépetl e Iztaccíhuatl... Las cosas me obedecerían de ahora en adelante. O por lo menos una buena pA de ellas: ese día cumplía doce años de edad, un primero de octubre de 1961.