Entrado el mes de mayo es una bendición bajar hasta la huerta, quedarse quieto, sin pasado y sin porvenir, quieto, muy quieto, en el rincón de la noguera y el manzano. Un aire que transparenta y un aroma que trasciende. Si pudiese aguantarme bastaría. Cualquier atisbo de belleza es derrota, revela de súbito la vanidad del solitario. Este es su peligro. Que el hombre se crea alguien y al meterse en honduras qué triste la alegría, cuánta melancolía de antemano. - LATENCIA