Tierra de invierno es el segundo poemario del autor, escrito en Barcelona en el verano de 1994. Veinte años después lo pueblica Playa de Ákaba: «En este libro se resumen todos los paisajes que perdí y a los que nunca podré volver». Ahora, estos paisajes son un trabajo de arqueología para poetas. Tierra de invierno es una sucesión de mapas que gravan en tu ADN, la memoria, el recuerdo y el espacio del que provienes y al que volverás un día. Tierra de invierno devuelve al lector un paisaje de olor a castañas asadas, el color del musgo, de los árboles desnudos, la humedad de los ríos, una memoria de hielo en la respiración de los hombres, la lentitud de los días frente al calor de las estufas, la nieve frente a los ojos cansados del invierno que siempre sorprende en la nueva mirada de los niños, y en la memoria antigua de los mas viejos. Ocres y grises se van desvaneciendo a medida que el invierno se pierde en el mes de marzo, el mes en el que debería comenzar un paisaje que avanza hacia la primavera y los días nuevos.
