Desde hace tiempo a Emilio Torres le interesa buscar y recopilar los orígenes de las cosas, la razón de ser de esto, de aquello y de lo de más allá. Quiere conocer el qué, por qué, cuándo y para qué de los hechos y los elementos que la historia relata.
Le gusta poner por escrito todo aquello que durante la época de niño vio, oyó, olió, palpó y saboreó en un pueblo de la meseta castellana. Allí se vivía en una cierta existencia bucólica, a su parecer. Había muchas estrecheces, pero la gente era sociable, se ayudaba, se divertía, y trabajaba mucho.
Hoy todos esos recuerdos son historia de unos tiempos que dejan, para muchos, posos en el alma. En estas hojas va a tratar de exponer la historia de un pequeño pueblo de Castilla que tiene en su cuerpo y en su alma más de dos mil años de existencia.
Ahí es nada.
