VIAJE A CASTILLA es el quinto libro publicado por nuestro autor entre una veintena de ellos, además de escribir para periódicos y revistas más de novecientos artículos, todos dedicados a la crítica de arte, a excepción de este.
Editado en 1923, como su propio título indica, es un libro de viajes, o más bien una agenda de notas con algunos bocetos de los lugares que más llamaron la atención plástica de Fry. Al escribirlo se esforzó, según dice en su introducción, en no pensar en el lector, sino en el momento único que le deparaba el viaje y en sus solas sensaciones. La sensación, ese momento único, el instante estético, la percepción intuitiva de lo bello, eso es lo que Fry buscaba en sus viajes; por Italia, por Francia, por España
Una Segovia des-lumbrante, una tarde en La Granja, el camino de Segovia a Ávila, la admiración por Sala-manca, una Ciudad Rodrigo inesperada y, en el camino de nuevo, a Zamora, prometedora, independiente y autosuficiente, antes de alojarse en Toro y salir de España por Valladolid al acabarse aquel año de 1922.
En definitiva, esta es una obra atípica dentro de la bibliografía de Roger Fry porque su género ha sido siempre la crítica y la teoría del arte. Pero quizá por todo ese bagaje la apuesta editorial de REGIÓN al rescatarla se hace más in-teresante y suculenta, avanza Paula Lizarraga en el prólogo, pues está salpicada de ideas que nos enseñan a ver, a entender lo que percibi-mos y a saber cómo expresarlo. Merece desde luego su lectura porque no es un libro de viajes al uso.