El 11-M marcó un hito en la historia del periodismo español. Aunque han pasado varios años desde los salvajes atentados de aquella trágica jornada, sigue viva la percepción de que los profesionales de la información pudieron desempeñar su labor informativa con un mayor grado de rigor y profesionalidad durante los cuatro días que transcurrieron entre el atentado hasta la celebración de las elecciones generales. Acusaciones de manipulación informativa, sectarismo editorial, la ocultación o invención de datos... el 11-M puso a prueba la capacidad de reacción y la madurez de los periodistas españoles, y existen indicios de que no se estuvo a la altura de las circunstancias, tanto en el modo en que se cubrió la tragedia como en la neutralidad, objetividad y pluralismo exigibles tanto deontológica como legalmente en unas elecciones generales.
