La Psicología Vocacional ha recibido un gran impulso en España en los últimos tiempos. Esto es debido en gran medida a que la opcionalidad y la optatividad propias de la E.S.O. y la diversidad de Ciclos Formativos y Bachilleratos constituyen para el estudiante un condicionante muy importante a la hora de elegir distintas alternativas, tanto de carácter formativo como profesional o laboral. Los enfoques que pueden guiar la Psicología Vocacional ya fueron ampliamente descritos desde diferentes ópticas por diversos autores y, en síntesis, se suelen fundamentar bien en la Psicología Diferencial (Enfoque Descriptivo), en el Psicoanálisis (Enfoque Psicodinámico), en la Psicología Evalutiva (Enfoque Procesual) o bien en la Psicología Cognitivo-Conductual (Enfoque Aplicado). Este último enfoque, el aplicado, es el que asumen la mayoría de los programas de intervención más actuales aunque no en estado puro, sino combinado con algunos elementos tomados de los otros enfoques, tal y como hace por ejemplo el Modelo de Toma de Decisiones. El enfoque aplicado explica la conducta vocacional desde una posición ambientalista, mediada por elementos personales, relacionados con el perfil de habilidades, el estilo de aprendizaje, el grado de competencia o el nivel de adaptación personal y social. Defendemos esta mediación puesto que las personas buscan ambientes para trabajar que les permitan ejercitar sus habilidades y resolver las tareas propuestas con un cierto grado de efectividad y competencia. En esta misma línea de argumentación, se ha comprobado que los sujetos con un determinado perfil emocional, optan por unas áreas determinadas y aquellos que tienen otro tipo de perfil, por áreas distintas. Por este motivo, se puede sostener que el ajuste sujeto-contexto va a ser el elemento básico y fundamental para realizar una adecuada Orientación Vocacional, desde la que se hace imprescindible contemplar los siguientes aspectos: Una auto-observación por parte del alumno, de sus intereses y motivaciones, de sus habilidades y nivel de competencia y de su capacidad de adaptación personal y social. Un análisis sobre las diferentes oportunidades académicas y profesionales que ofrece el mercado de trabajo en el entorno socio-laboral en el que cada uno está inmerso. Un proyecto personal que ajuste las peculiaridades personales con la oferta del entorno. Con todos estos elementos, la decisión vocacional será más acertada y se podrá llevar a cabo con mayor rigor. Para ello, se necesita un programa-guía, como el que se ofrece en esta publicación, que permita a los docentes asesorar de manera rigurosa sobre las oportunidades académicas y profesionales, y a los estudiantes clarificar sus dudas para poder tomar las mejores decisiones.
